Malos hábitos orales, ¿qué son y cuáles son sus consecuencias?
¿Qué es un mal habito oral?
Un hábito es una acción repetida que se realiza de forma automática, siendo patrones aprendidos de contracción muscular que en un principio se realizan de forma consciente y luego se transforman en un acto inconsciente e incluso difícil de controlar.
¿Qué consecuencias pueden tener?
Los malos hábitos dentro de la cavidad bucal, como la succión del dedo, pueden resultar en maloclusiones.
Las maloclusiones son irregularidades en la alineación de los dientes y/o en la relación entre los dientes superiores e inferiores, lo que puede afectar la mordida y la función adecuada de la mandíbula.

¿Qué malos hábitos orales son los más frecuentes y como identificarlos?
Succión del dedo

- Presencia frecuente del dedo en la boca, especialmente durante momentos de inactividad.
- Posible deformación en el paladar o mordida abierta.
Succión del chupete

- Dependencia excesiva del chupete para calmar o consolar al niño.
- Posibles deformaciones en el paladar o mordida abierta.
Onicofagia (morderse las uñas)

- Uñas cortas y dañadas de manera recurrente.
- Riesgo de fractura y/o desgaste dental.
Respiración bucal

- Respiración predominante a través de la boca en lugar de la nariz.
- Sequedad bucal y labios agrietados.
Succión del labio

- Tendencia a succionar el labio de manera frecuente.
- Posibles irritaciones o heridas en el labio inferior.
Deglución infantil

- Movimientos inadecuados de la lengua durante la deglución.
- Dificultad para tragar alimentos sin atragantarse.
¡Importante!
Ningún consejo o recomendación sustituye la evaluación y el seguimiento de un odontólogo. Siempre es fundamental consultar con un profesional para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Profundicemos en los malos hábitos orales

Durante el crecimiento, las influencias ambientales que actúan durante el desarrollo de la cara, los maxilares y los dientes, consisten fundamentalmente en presiones y fuerzas derivadas de la actividad fisiológica. Existe una estrecha relación entre la presencia de malos hábitos, como succión no nutritiva (uso de chupete o succión de dedo), con el origen de las maloclusiones.
La presencia de malos hábitos orales en pacientes en crecimiento puede llevar a establecer o agravar la presencia de anomalías dentales y esqueletales, debido a la alteración del equilibrio muscular establecido entre labios, lengua y mejillas. Cuando se instaura un mal hábito, se generan presiones indebidas sobre las estructuras dentales y maxilares, alterando el correcto desarrollo y crecimiento muscular y esquelético. Los malos hábitos pueden afectar negativamente generando anteraciones como mordida abierta, apiñamiento dentario, desgaste del esmalte, dolor en la mandíbula y trastornos articulares.
Abordar a tiempo los malos hábitos orales, es fundamental para prevenir complicaciones a largo plazo y promover una salud bucal óptima.
Además, estos hábitos pueden influir en la autoestima y la confianza de una persona debido a la apariencia de su sonrisa. Al abordar estos hábitos de manera temprana, se pueden prevenir o minimizar estos problemas, lo que a su vez puede ahorrar tiempo, dinero y molestias asociadas con tratamientos correctivos más extensos en el futuro.
¿Cuándo se evidencian los malos hábitos orales?
Los malos hábitos orales tienden a manifestarse con mayor frecuencia durante ciertas etapas del desarrollo infantil, como la primera infancia y la niñez temprana. Durante estos períodos, los niños están explorando activamente su entorno y experimentando con diferentes comportamientos, lo que incluye el uso repetitivo de la boca y la lengua. Por ejemplo, el chuparse el dedo, el chupeteo excesivo y el uso prolongado del biberón son comunes en la primera infancia.
Asimismo, el hábito de morderse las uñas u objetos no comestibles puede desarrollarse durante la niñez temprana, cuando los niños están expuestos a nuevas experiencias y pueden recurrir a estos comportamientos como formas de lidiar con el estrés o la ansiedad. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a estos hábitos y tomen medidas para abordarlos antes de que se conviertan en problemas más graves en la salud oral de los niños.
¿Qué profesionales me pueden ayudar a identificar o corregir estos malos hábitos?
¿Cómo afrontar los malos hábitos?
Eliminar un mal hábito que ya está instaurado en nuestros pacientes no es fácil, requiere de un gran esfuerzo, motivación y colaboración del paciente así como también del apoyo de los padres, además en muchas ocasiones el tratamiento debe tener un enfoque interdisciplinario con el apoyo del odontólogo, kinesiólogo, fonoaudiólogo.
Previene malos hábitos orales
Lactancia materna
Uso del chupete
Chuparse el dedo
Evita la mamadera
Lleva a tu hijo al dentista
Consejos para evitar malos hábitos orales
Es vital la identificación y eliminación de éstos malos hábitos en los primeros años de vida.
Consejo 1
Supervisa los hábitos de succión no nutritiva, como el uso de chupete o succión de dedo. Eliminar este mal hábito antes de los 2 años, permitirá la resolución espontánea de posibles alteraciones como mordida abierta.
Consejo 2
Una visita temprana al odontólogo, ayudará a reconocer los malos hábitos, diagnosticarlos oportunamente y tratarlos de forma interdisciplinaria para prevenir el desarrollo de alteraciones esqueléticas, musculares y dentales.
Consejo 3
Si crees que tu hijo presenta alguna dificultad en la pronunciación de ciertos fonemas como la letra D o T, es importante que el fonoaudiólogo realice una evaluación.